El cuerpo de María Jessica, de 25 años, fue localizado en el Río Atoyac, Puebla, tras ser reportada como desaparecida el pasado 31 de enero. Originaria de Teziutlán, la joven presentaba signos de violencia, lo que llevó a las autoridades a clasificar el caso como feminicidio, uno más en el estado que enciende las alarmas por los índices de violencia contra las mujeres.
Familiares y colectivos feministas han alzado la voz para exigir justicia y castigo ejemplar a los responsables. La Fiscalía General del Estado (FGE) ha iniciado las investigaciones correspondientes, buscando esclarecer los hechos que llevaron a este trágico desenlace.

Este caso ha reavivado el debate sobre la falta de garantías de seguridad para las mujeres en Puebla y el país. Organizaciones civiles demandan a las autoridades mayor compromiso y acciones contundentes para frenar la violencia de género, así como la implementación efectiva de políticas públicas preventivas.