Era conocido por su involucramiento en delitos como secuestros, ejecuciones y tráfico de drogas
Jesús N, alias “El Marranero” o “Chucho Brito”, presunto líder criminal del cartel Guerreros Unidos, fue ejecutado la tarde del 8 de diciembre en el sur de la ciudad de Puebla. Este individuo, con un pasado militar como desertor del Ejército Mexicano, era conocido por su involucramiento en delitos como secuestros, ejecuciones y tráfico de drogas, y se encontraba vinculado con algunos de los crímenes más emblemáticos de la violencia en México.
Nacido el 20 de agosto de 1986 en Iguala, Guerrero, Jesús N desertó del 27/o Batallón de Infantería en 2012, lo que le permitió poner en práctica su entrenamiento militar en actividades ilícitas. Según las autoridades de la Fiscalía General de la República (FGR), uno de los crímenes más notorios en los que estuvo involucrado fue la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014. De acuerdo con las investigaciones, “El Marranero” fue parte de un grupo de 83 personas relacionadas con este crimen, lo que le otorgó una notoriedad criminal a nivel nacional.
Jesús N lideraba una red de sicarios para el cartel Guerreros Unidos y La Bandera, bajo las órdenes de Juan Carlos N, alias “La Beba”, quien asumió el control del grupo tras la captura de Héctor N, conocido como “El Colín”. Las autoridades federales lo tenían identificado como el principal responsable de varias actividades delictivas en la región de Guerrero, principalmente en los municipios de Iguala, Buenavista de Cuéllar, Tepecoacuilco de Trujano y Cocula, donde operaba con total impunidad.
Además de los secuestros y narcotráfico, las investigaciones apuntan a que Jesús N estaba vinculado a delitos graves como tortura, desaparición forzada y delitos contra la administración de justicia. En septiembre de 2022, la FGR emitió órdenes de aprehensión contra él y otros sospechosos en relación con el caso Ayotzinapa, aunque no logró ser detenido hasta su ejecución en Puebla.
Su muerte, producto de un atentado en el que fue ejecutado en las calles de Puebla, marca un episodio más en la guerra contra el crimen organizado que azota diversas partes del país. A pesar de que “El Marranero” había logrado evadir la justicia durante años, su implicación en el caso Ayotzinapa y su fama como líder de un grupo criminal lo convirtieron en uno de los personajes más buscados en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en México.
Las autoridades siguen investigando las circunstancias de su ejecución y si está relacionada con conflictos internos dentro de los carteles o con otros actores involucrados en el crimen organizado. La captura de otros miembros de su círculo cercano sigue siendo una prioridad para la FGR.